Muchas veces confiamos demás en nuestra capacidad de cuidar nuestro peso y se nos pasa por alto algunas de las variables del "buen comer", tales como el excesivo descanso o falta de ejercicio.
Otra variable es el comer antes de dormir, y otra mas es no darse cuenta de nuestras ansiedades, preocupaciones, enfermedades predisponentes a aumentar de peso como la diabetes.
Hay que saber distinguir el hambre real del hambre por ansiedad. Esta última se presenta a cada rato y deberíamos controlar qué nos lleva a sufrir de ansiedad.
El mejor consejo es ir a un médico nutricionista que nos vaya controlando, y mientras tanto darnos cuenta de nuestras conductas alimentarias, si es posible llevar un registro de cuándo, cuánto y qué cosa comemos.
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