Nosotros somos capaces de discernir estímulos externos y estímulos internos.
Los estímulos externos los captamos con los órganos de los conocidos cinco sentidos (Vista, Oído, Gusto, Tacto y Olfato).
Nos damos cuenta de los estímulos internos mediante otros sentidos como por ejemplo, la Interocepción. Hambre, sueño, sed, etc.
Mediante la Propiocepción, nos damos cuenta de la posición de los diferentes segmentos de nuestro cuerpo (Cabeza, Tronco, Brazos, Piernas...).
La Nocicepción, nos informa de lo nocivo para nuestro cuerpo y nos alerta produciendo Dolor. Detecta estímulos mecánicos, químicos y térmicos que podrían dañar nuestros tejidos.
La Magnetocepción nos permite (mediante los campos magnéticos de la tierra), darnos cuenta de la altura y el ángulo en que nos encontramos situados. Es muy marcado en las aves e insectos.
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