22 nov 2012

Los Robies (cuento)


Como prometí, les dejo este cuento tal vez algo largo para un blog, pero lo prometí y aquí está.
Se refiere un poco a la situación en mi país, Venezuela.
Me gustaría recibir críticas constructivas al respecto.



LOS ROBIES

     La era de los robies como habían dado en llamar a los robots humanoides, se había establecido en todo el mundo en las últimas décadas, a excepción de algunos países africanos, Haití, Cuba y Venezuela. En este último país, el régimen de turno se empeñaba en no dejar entrar la novísima tecnología porque temían que grupos disidentes usaran robies como grupos armados para derrocarles.
     Los robies en realidad, los fabricaban en varios modelos según para lo que serían utilizados. Había los robies industriales, para desempeñar labores en las industrias, los robies comerciales, utilizados en todo tipo de comercios y por supuesto los robies domésticos para ser empleados como mayordomos, amas de llaves, nanas, cocineros, mucamas. Oh si, los fabricaban en versiones femeninas y masculinas. Eran en todo exactos a humanos, de modo que vestidos, era casi imposible para el común de las gentes saber diferenciarlos.
     En los círculos diplomáticos se comentaba que existían robies soldados, pero las grandes potencias lo seguían manteniendo en secreto...
     Pedro Pérez se levantó de madrugada para alistarse y estar temprano en el aeropuerto No. 2 de Maiquetía, que por supuesto llevaba el nombre del jefe de gobierno de ese momento.
     --Debo estar temprano. No puedo perder el vuelo porque está programado que debo llegar hoy a mi destino. --Así coloquiaba consigo mismo, mientras se duchaba, vestía y tomaba un rápido desayuno de café y tostadas con mermelada-fort.
         Al final llegó a tiempo y salió en el vuelo programado. Su visa era por tres meses y debía regresar antes de su vencimiento o enfrentaría una alta multa o hasta la posibilidad de un juicio por desacato a las leyes y reglamentos del régimen. Bajo estos términos, lograban salir muchos en los últimos meses.
     Por supuesto, llevaba en el bolsillo varias listas de cosas que querían que les trajera a varios amigos.
     Los días pasaron rápidamente y faltando sólo una semana regresó al país Pedro Pérez. Cumplió con los requisitos aduanales, le hicieron pagar impuestos de entrada de varias cosas y al llegar a su apartamento situado en "Mega Torres Nuevo Ideal", al desempacar sus maletas notó que le faltaban algunas de esas cosas que traía para los amigos.
     --¡Caray! ¡Se quedaron con varios artículos los de la aduana".
     Él sabía que era mejor dejar pasar el asunto y no presentarse a reclamar porque podía revertirse el asunto y quedar él como violador de la ley. Llamó a los amigos y fue entregando los encargos.
     --Pero Pedro, regresaste en la línea. ¿Te sometiste a alguna operación o a algún régimen adelgazante?
     --Si, tienes razón... Cuando se fue, llevaba sus buenos rollos y hasta lucía algo de panza... --Así hacían chanzas a costa de su nueva apariencia.
     --Hasta luce más guapo... --Comentaba una allegada.
     --Pues si, algo de eso hice por allá, además de las preocupaciones y ajetreos del trabajo. --Algunos pensaban cuándo Pedro se había apurado por algo; él, que siempre era tan calmoso para todo. Definitivamente que regresó cambiado. Lo que puede hacer por uno salir a conocer mundo.
       Estas cosas pensaban de Pedro Pérez que seguía actuando como si los comentarios no fueran dirigidos a su persona.
          A los dos meses y medio, lo recordaba extrañamente claro, empezó a tener aquél sueño recurrente en que alguien le decía "El quince de diciembre, prepárate para el quince de diciembre".
     Ya estaba incorporado a su trabajo que realizaba con especial esmero, lo que le valió un memo de la jefa de su sección, para que pasara a verla.
     --Caramba Pedrito, hay que ver como has cambiado. Ese viaje te hizo mucho bien. Los jefes me llamaron para que te diga que debes estar en las oficinas principales mañana, a primera hora.
     Terminó sus labores y se dirigió a su casa. También en los últimos días le pasaba que al cruzarse con algunos y algunas, le parecían conocidos y notaba que ellos también tenían esa impresión, porque se quedaban viéndolo, y algunos hasta volteaban para volverlo a ver.
     --¿Me estaré recargando de trabajo y la saturación me hace sentir cosas? Digo "saturación" porque cansancio o agotamiento no siento.
     Mientras caminaba hacia su casa, decidió entrar a un mega centro comercial y pensó que antes no le agradaba hacerlo. Iba recorriendo pasillos, parándose en alguno que otro escaparate, cuando notó que una mujer lo veía a través del vidrio del escaparate. La insistencia de esa mirada, hizo que se decidiera, diera media vuelta y la encarara.
     --Perdone que le pregunte, pero ¿nos conocemos?
     --Hay señor, dispense; pero es que me parece tan conocida su cara...
     --La verdad, es que usted también me luce conocida, pero no recuerdo de donde.
         --Últimamente me he cruzado con personas que creo conocer. --Dijo ella más para sí misma que para él.
     --Yo lo achaco al exceso de trabajo, que me hace ver rostros conocidos y también tener sueños recurrentes.
     --¿Sueños recurrentes? ¡Pero si yo también estoy teniendo sueños recurrentes!
     --¿Qué le parece si vamos a esa cafetería y nos sentamos a cambiar impresiones? --Se maravilló que fuera capaz de abordar así a una mujer, si él era muy tímido para eso, y además a una guapa mujer, que parecía muy desenvuelta.
     --Pues si, estoy de acuerdo... Vamos.
     Se dirigieron a la cafetería más próxima y buscaron una mesa libre, pidieron café y se dispusieron a intercambiar impresiones.
     --Mis amigos me hacen bromas porque después de un viaje que realicé, dicen que regresé muy cambiado.
     --¡Qué casualidad! Yo igualmente hice un viaje reciente y al regresar es que me están pasando estas cosas. También me han dicho que regresé rejuvenecida... --Tenía cara de sorpresa al constatar que otra persona estaba pasando por la misma situación que ella.
     --¡No me diga que usted viajó a Ciudad York!
     --Pues... si, viajé a Ciudad York.
     --¿Viajó por una entrevista de posible trabajo?
     --¡Si!  --Cada vez ella iba abriendo mas sus hermosos ojos. El se los quedó mirando y notó algo diferente, algo extraño en esas pupilas que le miraban fijamente.
     --...Esas pupilas tienen algo de irreal... --Se dijo para sí mismo, sin encontrar la posible causa de la irrealidad.
      --¿Usted también viajó por una entrevista?
     --Si, yo también fui contactado y me ofrecieron esa entrevista con gastos pagos.
     --Me pregunto si tendremos más cosas en común. --Dijo ella, como buscando que él contestara algo.
     --A lo mejor... ¿Dijo que tenía también sueños recurrentes?
     --A menudo sueño con una fecha...
     --Creo que puedo adivinar esa fecha... Debe ser el quince de diciembre.
          Notó que ella se estremecía como si hubiera sufrido algún vahído...
     --¿Se encuentra bien? ¿Quiere que pida un vaso con agua?
     --No, es la impresión que me causó su acto de magia.
     --No hay misterio, a no ser que estamos soñando lo mismo, la misma fecha.
     --¿Y no tienes idea de lo que pueda indicar esa fecha? --Él notó que lo había empezado a tutear y se sintió extrañamente complacido.
     --No tengo ninguna idea de lo que pueda significar. Pero... Si se me está ocurriendo algo... ¿Qué tal si al encontrarnos con otro rostro que creemos conocer le hacemos algunas preguntas?
     --¿Algunas preguntas como cuáles? --Dijo ella.
     --Le preguntamos si ha viajado recientemente a Ciudad York, y si ha estado soñando con una fecha y luego te luces, adivinándola...
     --¿Tú lo vas a hacer?
     --Si, si lo voy a hacer y te llamo para comentártelo. Y por cierto... ¿Cómo te llamas?
     Ella se echó a reír con una risa cantarina que envolvió de suaves efluvios a Pedro.
         --Yo me llamo Estela. Toma, esta es mi tarjeta de presentación, allí tienes mi video-teléfono.
     --Gracias... Yo... Ejem... no tengo tarjetas en este momento, pero te anoto en este papel mi nombre y teléfono.
     --Entonces... Pedro, yo también trataré de hablar con la siguiente persona que me parezca que conozco y te llamaré para ponernos de acuerdo y vernos en algún sitio. --El pensó lo bien que sonaba su nombre en los expresivos labios de ella.
     Compartieron un rato más y se despidieron quedando de acuerdo en lo que harían al encontrar la siguiente cara conocida. Pedro llegó a su casa pensando y repensando el encuentro con Estela. Se acostó y se quedó dormido de inmediato como le sucedía últimamente. Era como si al acostarse, se desconectara hasta la mañana siguiente a la misma hora en punto. Esa noche volvió el sueño recurrente.
     --...Prepárate, ya se acerca el quince de diciembre...
     A la mañana siguiente, se dirigió a las oficinas principales con la hoja electrónica que le autorizaba a estar en esa área y entrar en determinado salón de conferencias a las ocho en punto.
     --Hum... Creo que es aquí. --Por supuesto que era allí. También le pasaba últimamente que conseguía llegar sin extraviarse a lugares que antes le hacían perder tiempo dando vueltas para conseguirlos. Además, recordaba en qué gaveta de archivador estaba cada hoja electrónica en su cubículo de trabajo.
     Bueno, ya son las ocho, así que entraré. --Abrió la puerta y vio cómo la larga y pesada mesa de conferencias tenía ya muchos puestos ocupados por hombres y mujeres que conversaban entre sí.
       Consiguió un puesto vacío y tomó asiento entre una rubia y un tipo de complexión atlética, que lo miraron con curiosidad. Él saludó con una inclinación de cabeza y se dispuso a observar y esperar. Siguieron llegando más personas hasta que ya no hubo sillones libres y los que seguían llegando se adosaban a las paredes, de modo que el salón para las ocho y cuarenta y cinco, estaba totalmente copado y sólo quedaba libre la tarima en un extremo desde donde se dirigiría a ellos, alguno de los altos jefes. Prestó atención a los comentarios que se hacían a su alrededor.
      --Debe ser algo muy importante lo que nos quieren comunicar.  --Decía alguien a su espalda.
     --Lo que sea ¿Vendrá con un aumento de sueldo?
     --¡Que va! Estos para soltar un aumento...
         Al marcar las nueve el gran reloj en la pared detrás de la tarima, hicieron su aparición varios individuos lujosamente trajeados, lo que no dejaba dudas que eran "Los altos jefes". Se calmaron los murmullos y comenzó la sesión.
     Por supuesto estarán extrañados de esta reunión, y se extrañarán más con lo que tenemos que decir. --Así comenzó la reunión uno de los jefes.
     --De todos es conocido que nuestro país está en manos de un régimen de mano dura, al cuál no le vemos solución. En estos mismos momentos, en varias industrias más, se llevan a cabo reuniones iguales a esta, donde se les informará lo mismo. -- Se apartó y cedió su lugar frente al micro, a otro de ellos.
     --También saben ustedes que el régimen ha prohibido la tecnología de los robies, haciendo perder ingentes sumas a las empresas que podrían encargarse de la producción y mantenimiento de... !De ustedes¡  Si, de ustedes que son todos robies entrados al país...
  ...al intercambiarlos por personas que logramos que salieran a realizar cursos y otros asuntos en los países productores de la tecnología robie.
     Pedro Pérez sentía como un vahído y comprendió lo que sintió estela en la cafetería. ¿El era robie? ¿Cómo podía ser? Si se sentía como Pedro Pérez... ¡Era posible? Otro jefe tomó la palabra y continuó informando...
     --Se preguntarán si es posible o si es verdad que son robies... Le vamos a mostrar que cada uno de ustedes es un robie y están programados para llevar a cabo una importante misión.
     Hizo una seña y subió uno de tantos empleados hasta la plataforma. El jefe le indicó donde debía pararse de modo que todos pudieran observarlo.
     --Ahora realizarán todo lo que les enseñe este robie. Si, él es un robie como todos ustedes. Comienza la demostración.
     El robie se despojó de su chaqueta y fue seguido por todos los presentes menos los que estaban en la plataforma. De seguidas, se enrolló la manga izquierda de su camisa e igualmente todos hicieron otro tanto. Subió el brazo como mostrándolo a la concurrencia y luego presionó en ambos lados de la muñeca con la otra mano  ¡Y se levantó una sección de la cara anterior del antebrazo! Terminó de apartarla, quedando expuesta a la mirada de todos una serie de mecanismos que obviamente accionaban el brazo y la mano.
     Pedro había realizado todos los movimientos que había indicado el que estaba en la tarima y ahora veía horrorizado los mecanismos dentro de su antebrazo.
     --Pe... pero ¡Qué es esto! ¿Cómo puede ser? Yo siento que soy yo, Pedro Pérez...
         --Para que no les queden dudas, este robie hará otra demostración que ustedes también realizarán.
     El robie se quitó la camisa y presionó con un dedo en la parte baja del esternón; se volteó dando la espalda al auditorio y todos pudieron observar cómo una sección entre los omóplatos se había separado dejando ver en el interior, varillas, servomotores, delgados tubos por donde circulaba un líquido amarillo rojizo.
     --Miren la espalda del compañero que tienen al frente. --Les ordenó con voz firme uno de los jefes.
     Todos al unísono obedecieron y miraron la sección abierta en la espalda de cada quién.
     --Y ahora les daremos las instrucciones que cada quién seguirá. Se les repartirán unos minidiscos que insertarán en la ranura que cada uno de ustedes tiene al costado. Eso lo harán esta noche antes de acostarse, y mañana 15 de diciembre, seguirán sus instrucciones. Habrá los que irán al palacio de gobierno, otros a los comandos y cuarteles, otros a los ministerios...

FIN

19 nov 2012

Internet cambió mi vida

Internet cambió mi vida

Recuerdo cuando no sabia nada de Internet, y comparándome con este ahora en que domino este maravilloso logro de la civilización actual, me parece hasta mentira que haya existido ese mundo sin computadores personales, Internet (y sin teléfonos celulares).
Me enteré de los computadores debido a artículos en la revista "Mecánica Popular", Describían en esos artículos, computadores del tamaño de habitaciones, con infinidad de válvulas y marañas de cables y nunca pasó por mi mente que estaría al frente de esta pantalla (monitor), escribiendo estas líneas en mi computador personal.
Sólo en novelas de CF (Ciencia Ficción), a las cuales era y soy aficionado  y hasta he escrito algo de eso, (cuentos y alguna novela), se llegaban a predecir algunos de estos adelantos actuales.
Prometo subir a este blog, alguno de mis cuentos.

9 nov 2012

           El tren de la vida

Si, la vida es una sucesión de eventos que van pasando frente a nosotros, como los vagones de un tren.
Cada vagón representa un evento que puede ser grato, ingrato o indiferente para el que observa.
Deberíamos abordar los vagones gratos y dejar pasar los ingratos y los indiferentes, pues simplemente pasan.
No debemos tomar mucho en cuenta las cosas, los eventos que nos son indiferentes, no nos afectan ni bien ni mal, a menos que afecten a alguien de nuestro entorno familiar o de amistades o nos puedan llegar a afectar de algún modo.
El asunto es tratar de ser conscientes de lo que pasa a nuestro rededor y así no seremos sorprendidos por ese tren que es la vida.